Foto: Salim Virji / Flickr.
Dentro de las hortalizas nos encontramos con las que son cultivadas por el consumo de sus raíces. Este tipo de hortalizas tienen la gran ventaja de que pueden ser cultivadas durante todo el año y por lo tanto nos brindan la posibilidad de estar presentes siempre en nuestra dieta.
Nos aportan grandes cantidades de vitamina C, beta carotina y minerales a nuestro organismo. Así como hidratos de carbono y fibra. Son bajas en grasas y calorías. Todos estas propiedades los hacen unos alimentos insustituibles en nuestra dieta.
Por lo general son muy fáciles de cultivar y de crecimiento rápido. Son cultivos ideales para iniciarse en la horticultura.
Por regla general necesitan de las siguientes condiciones para desarrollarse adecuadamente:
Preferencia de suelos. Requieren de suelos sueltos bien trabajados y mullidos que drenen correctamente y que sean capaces de mantener la humedad.
Preferencia climática. Generalmente son cultivos de climas mediterráneos con inviernos suaves, aunque se adaptan muy bien a cualquier clima.
Riego. Es importante que tengan riegos cortos y frecuentes que mantengan bien la humedad.
Necesidades de abonado. Necesitan de suelo fértiles que contengan un abonado de fondo medio de materia orgánica bien descompuesta.
Entre las variedades de hortalizas de raíz más importantes podemos destacar las siguientes:
Zanahoria
Rábano
Rabanito
Remolacha
Colinabo
Nabo
Salsifis
Chirivía
Fuente: Planta Facilisimo
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